La participación estudiantil y la de los agricultores en el gobierno de la Escuela

El gobierno de la Escuela era dado por el Consejo de Perfeccionamiento quién se encargaba de de definir cuestiones relativas a la organización, funcionamiento y desarrollo de la Escuela; aprobar los programas de las materias a enseñarse y vigilar las cuestiones económicas. Hasta 1918, quedó conformado por un miembro del Ministerio de Fomento (precedente del actual Ministerio de agricultura), el director de la ENAV, un agricultor designado por la Sociedad Nacional Agraria (asociación de los hacendados y latifundistas del Perú) un ganadero designado por la Asociación de Ganaderos del Perú (homologo pecuario de la SNA), un delegado del Centro de Ingenieros Agrónomos y el jefe del Servicio de Estadística Agrícola.
Debe tenerse en cuenta que para esta época, cuando en sus resoluciones la alta dirección de la Escuela hacía referencia a los campesinos, se referían a los de la Sociedad Nacional Agraria o a la de Ganaderos. Los campesinos de comunidades o minifundios, no estaban incluidos. Al respecto, en 1902 Vanderghem decía: “En esta época fue reconocida la importancia de oír en el Consejo la voz de los agricultores y ganaderos, a fin de poder guiar los trabajos de la Escuela en el sentido de llenar mejor las necesidades de las industrias agro-pecuarias del país.” (página 43)

Por el lado estudiantil. Estos no tenían ingerencia en el Consejo de Perfeccionamiento. Sin embargo, para el 3 de octubre de 1924, fueron considerados indirectamente en el Consejo Disciplinario, órgano que se encargaba de velar por el estricto cumplimiento de los reglamentos.

Esto sucedió a solicitud de los alumnos, autorizándose que dos de sus profesores designados anualmente por el Centro de Estudiantes de Agronomía los representase en su seno.

Aunque este avance es importante en términos democráticos, debe tenerse en cuenta que el movimiento por la primera reforma universitaria databa de 1919 y para esa fecha ya se habían conseguido importantes avances. Aparentemente en la ENAV no se dieron importantes avances. Página 42 – 47, G. Vanderghem, La ENAV