El desarrollo de las dos líneas de formación dentro de la ENAV culmina con la eliminación de la Escuela de Capataces. Aparentemente los mentores de tal Escuela tuvieron razón, ya que del total de ingresantes a la ENAV, solo el 7.2% se graduaron como ingenieros hasta 1922; mientras tanto el 25% de los estudiantes para capataces se diplomaron hasta su desaparición. (“La Enseñanza de la Ingeniería en el Perú”: La UNA. Preparado para la CONUP, 1972.)
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